CARTAS DE AMERICA

Julio Alfredo Egea

Antología poética 1956-2006.

Editado dentro de la colección "Palabras Mayores",

Editorial Alhulia, 2009.

Tango en Michelángelo.

Leyenda de la virgen del Sol.   

Gozo por un torrente llamado Miguel.     

 

TANGO EN MICHELÁNGELO

                                        Homenaje a Gardel

 

     Cruz y puñal, la encrucijada, el ritmo

se quiebra y puede desplomarse, vence

y surge otra vez....

 

                     El hombre acusa

cicatriz de burdel en la mirada.

En el dominio de la sangre queda

vibrante y fiel el brazo poderoso.

 

     La mujer en procesos de de lentrega

-parpadeante la flor de la mirada-

reprime su jadeo, guarda, aflora

sumisiones de historia de la vida

que suben del tacón hasta la frente

como una enredadera que aoniza,

electrizada en fraguas interiores.

     Es decisivo y próspero el abrazo

apiernando fusiones en su fuga

En el salón acecha la ternura

igual que una paloma sigilosa,

y la voz de Gardel vuelve emigrante

desde oscura bodega de los barcos

perdidos en remota travesía.

 

     Es trágica la fiesta, por la calle

la jacarandá nieva las nostalgias

con su morada túnica en despojos.

 

Milagro en las aceras del otoño.

 

 

LEYENDA DE LA VIRGEN DEL SOL

                                Homenaje a Yma Smac

 

Ala de cóndor abanicando el incensario

de su alma de inca.

¡Sujetad al viento Sur, con cadenas de amor,

hombres de la montaña!

Ella está junto al río, sobre la hierba,

con dos flores de loto flotándole en la sangre.

Es inútil lleguéis con los caballos sudados,

del Norte o del Oeste,

buscando la manzana morena de sus pechos.

Lleva un siglo de peces besándole los muslos

no habitados.

No podréis arrancarle ese grito de sangre, decisivo.

Su rosa amenazada por un dragón de fiebre

no goteará pétalos rojos.

Es inútil lleguéis, sudando los sombreros,

y con voces por todos los caminos,

sobre un globo de crines

y de resurrección elástica del sexo

 

Es la Virgen del Sol y ya está dicho.

Se le ha acunado el  Sol sobre la última arteria

después de desechar todas sus órbitas.

Tiene la carne sellada de sol.

Hay que negar la noche.

Ya no importa que la hembra del jaguar

olfatee amor bajo los plenilunios.

No importa.

Oíd su grito, su serpiente sonora enroscándose

en los cañaverales, saltando sobre el río,

taladrando los Andes.

Es la Amada Intacta del Sol.

Se barajan de pronto crisoles y plegarias,

y nadie acabará con su dragón de fiebre

con un tiro de rifle.

Los hombres se han dormido mientras los potros pacen

Mordiendo estrellas de agua.

Mujeres fecundadas lloran bajo las lonas

y se oprimen con miedo la geografía del vientre.

¡El grito de Ima Sumac desgranándose en pájaros!

 

 

GOZO POR UN TORRENTE LLAMADO MIGUEL

     

 No has muerto, está caliente

tu mirada en las cosas y en los seres.

Dios con la verde mano extendida en llamada...,

tus dioses familiares con el hombro dispuesto, preparado...

No has muerto ¿Dónde has ido,

sangre millón de alondra?

¿En dónde tu ira hermosa

despliegas, fruta y látigo?

¿Qué leyenda has dejado para después...?

¿Qué flecha se te quebró en los dedos?

Hombres de maíz llegan con el pan y la rosa

para llenar tu hueco con el sudor cumplido,

persiguiendo tu huella,

encendiéndote un cirio de rodillas.

No morderás la fruta,

no abrazarás al cedro,

no oirás a la marimba en el umbral del rito,

no palparás la muerte en el mural...

No importa, tú no has muerto;

No morderás la fruta,

no abrazarás al cedro,

no oirás a la marimba en el umbral del rito,

no palparás la muerte en el mural...

No importa, tú no has muerto;

el quetzal de tu pecho vuela, trepa, se salva,

para siempre vigila la dignidad del hombre,

se agiganta hecho cóndor,

se resuelve en palabra.

Palabra campanario con cuervos y cuchillos,

voz espuela, redoble, catarata,

sonido roto en vuelo,

caucho celeste, ala de latido,

vegetal grito, mineral consigna,

voz de tabaco negro, de banana

madura, de cristales

en rapto al Atitlán, de flor rebelde

que deserta en gemido, de sollozo

de Tacaná. Latido en son de furia

del corazón de sierra Madre

con un tambor de guerra.

Tú no has muerto.

Voló el quetzal trazando un arco iris

sobre todos los pueblos desvalidos,

 

Miguel Ángel Asturias,

cráter de Dios, torrente

vencedor de la nada.

 

 

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Julio Alfredo Egea

www.julioalfredoegea.com